Con el fin de estimular el consumo, el Gobierno relanzó esta semana el programa Ahora 12, que permite el pago en cuotas a nuevos rubros y servicios (peluquerías, reparación de autos y cursos de idiomas, entre otros), que se suman a los tradicionales como indumentaria, computadoras, electrodomésticos y calzado. Sin embargo, el Gobierno busca quitarle este beneficio a los celulares, lo que causó sorpresa y malestar en el sector de la electrónica de consumo.
Desde hace días, fabricantes, marcas y cámaras empresariales realizan intensas gestiones para revertir la decisión, que por ahora no es oficial. De todos los bienes electrónicos producidos en Tierra del Fuego, los celulares tienen por lejos el mayor peso específico en materia de empleo, por lo que cualquier medida que deteriore el ya pobre volumen de fabricación generaría un perjuicio de tamañas proporciones para la industria instalada, dice la carta que le envió ayer el titular de la AFARTE, Federico Hellemeyer, a la secretaria de Comercio, Paula Español.
La versión fue trascendiendo de a poco, ni bien se relanzó el programa. Los nuevos planes contemplan la compra en 12 y 18 cuotas con 3 meses de gracia y con tasas subsidiadas de diversos productos y servicios, que abarcan al consumo masivo, calzado, medicamentos, perfumería, motos, laptops y electrodomésticos. Lo que llamó la atención es que los celulares no figuran en la lista. En las últimas horas, directivos de AFARTE, la CAC y CICOMRA y también de las marcas más afectadas que presionan para que incluyan a la categoría.
Fuentes empresarias coinciden en que los esfuerzos, por ahora, no dieron resultado. Dicen que el Gobierno argumenta que los celulares se venden bien y que no requieren del estímulo del Ahora 12. Y que, por otro lado, insume muchos dólares y una gran parte del esfuerzo fiscal de la totalidad del programa. “Lo complicado es entender la lógica de la medida. El celular es un producto esencial y esto a la larga hará subir los precios”, se lamenta el CEO de Motorola, Germán Greco. El tema está en manos del Ministerio de Desarrollo Productivo, que debe reglamentar el nuevo plan.
A pesar de la crisis, la industria proyectaba despachar este año 7,5 millones de celulares. Las marcas estiman las ventas podrían caer entre 15 y 20% sin el estímulo del Ahora 12 y que ese porcentaje treparía al 50% en las líneas media alta y premium. “Sin el plan, las marcas deben buscar otros mecanismos de financiación en alianzas con bancos, tarjetas y cadenas comerciales. Pero eso lleva tiempo y los costos son más altos”, señaló un ejecutivo del sector.