The Forbidden Arts es un juego de acción aventura de parte de Slingbot Games que poco a poco siguió su desarrollo con duro trabajo. Nuestra review te contará si valió la pena el esfuerzo.
Ficha técnica
- Fecha de salida: 07/08/19
- Plataformas: PC
- ¿En español?: Si (Texto)
- Precio: ARS $179.99
Requisitos mínimos
- SO: Windows 7, 64-bit
- Procesador: Intel I5 o equivalente
- Memoria: 4 GB
- Gráficos: NVIDIA 450 GTS / ATI Radeon HD 5750
- Almacenamiento: 3 GB de espacio disponible
Requisitos recomendados
- Procesador: Intel i7 6700k o equivalente
- Memoria: 6 GB
- Gráficos: NVIDIA GeForce GTX 970 / AMD R9 290
Overtest
The Forbidden Arts cuenta la historia de Phoenix, un pequeño aventurero que desea convertirse en un maestro de fuego, al mejor estilo Avatar. En su camino descubrirá su destino y sus poderes durmientes, así como otros maestros de diferentes elementos.
La historia recuerda en grandes aspectos a casi todo juego de la saga Tales y otros más, con una historia que promete aventuras épicas y mundos gigantescos. Sin embargo el caso de éste título la escala se reduce así como la calidad en general.
Deslizando por ahí
El juego se presenta desde una perspectiva de costado con gráficos 3D, con cambios a 3D en 3ra persona para algunas secciones de exploración. En las secciones de dos dimensiones, el jugador se encuentra con distintos enemigos y varios caminos que se separan del principal. El gamer promedio obviamente explorará, sin embargo la gran mayoría de los caminos llevan a cajas de oro cuya recompensa final no justifica el perderse por el mapa.
Y realmente el jugador se perderá. La disposición del mismo es relativamente pobre, aunque afortunadamente la presencia de un mapa básico arriba a la derecha ayuda para encontrar el camino.
En el interin, Phoenix se encontrará con diferentes enemigos, siendo criaturas básicas como lobos y osos, a asesinos que se teletransportan, grifos gigantes, trolls y otros. El encontrarse con éstos devela otro problema del juego en su combate. Phoenix se siente increíblemente débil en un principio, y puede morir casi instantáneamente, al menos hasta aprender que puede spammear el único ataque físico que tiene. De la misma manera, el uso del oro para mejorar las habilidades no logra mejorar la experiencia de combate. Algo similar sucede con el rango de visión, que permite que los enemigos vean al personaje desde fuera del cuadro, pero se vuelven ciegos al escalar una pared.
Obviamente, el protagonista como aspirante a maestro de fuego, puede utilizar cualquier fuente de fuego para mejorar su “mana”, y disparar bolas de fuego con el botón derecho. Sin embargo, debido a las animaciones pobres y el pobrísimo feedback que presentan tanto Phoenix como los enemigos, es muy difícil medir el efecto de sus acciones.
Desgraciadamente, este último punto mencionado se tropieza con otra dificultad que presenta el juego con sus animaciones y controles. Los controles son rápidos con reacción suficiente para un juego de plataformas y combate, pero las animaciones que lo acompañan confunden al tener una sensación de caminar sobre hielo. Si bien es bastante fácil controlar al personaje, visualmente las animaciones simplemente no acompañan.
Tropezando por allá
El aspecto gráfico de The Forbidden Arts recuerda -no encarecidamente- a los RPG de PlayStation 2. El uso excesivo de Bloom sólo da la sensación de haber refregado vaselina por la pantalla, y no hace más que molestar a la presentación final. Aún así, la estética, por más básica que sea, es lo suficientemente colorida para mantener al jugador entretenido. No será un Trine, pero al menos lo intenta. La variedad de mundos, por más pocos que sean si es apreciada, y deja una impresión de que el desarrollador le puso su todo.
El aspecto que si es imperdonable a esta altura es el pobre sistema de animaciones, que si bien reaccionan rápido a los controles, su feedback es bastante triste, e incrementa la dificultad (no de una buena manera).
El audio tampoco logra destacar mucho. La banda sonora tiene unos toques de la genialidad de juegos como Bastion y NieR, pero su complejidad con la guitarra y lo repetitiva que es sólo lleva a bajar el volúmen. La mala mezcla de sonido se ve presente principalmente en cómo la música cambia por “etapa”; el pasar a un “cuadro” diferente cambia inmediatamente la pista, y eso choca muy fuerte al oído.
Conclusión
The Forbidden Arts podría haber sido un juego que resalte por los demás. La premisa y la evolución del combate y el movimiento puede tornarse divertido de momentos, pero no logra cautivar al jugador lo suficiente para olvidarse de todos los problemas que el título tiene.
Es entendible el hecho que Slingbot Games viene de parte de un solo desarrollador prácticamente, pero ya no está en Early Access, y hay juegos que han tenido mucha mejor calidad en similares condiciones. A fin de cuentas, las artes prohibidas quizás deberían quedarse así por un tiempo más mientras Phoenix aprende un truco o dos al leer.