Horizon Reloaded: Lo mismo, pero más brillante
Analizamos Horizon Zero Dawn Remastered para responder una pregunta clave: ¿vale la pena regresar a este mundo postapocalíptico? Porque, seamos sinceros, el título original ya era un espectáculo visual y jugable. Esta versión remasterizada nos promete una Aloy más detallada, entornos impresionantes y combates fluidos, aunque no trae consigo nuevo contenido. Con el arco listo y la mirada aguda para detectar hasta el más mínimo pixel, evaluamos si esta experiencia renovada justifica su precio y su existencia.
Para quienes aún no conocen a Aloy, esta es la versión definitiva. La aventura comienza en un futuro donde la humanidad ha perdido el control del planeta, y criaturas mecánicas, fascinantes en su diseño, dominan la tierra. Los combates son igual de satisfactorios (o insatisfactorios) que en el original, ya que las mejoras introducidas en Forbidden West no están presentes aquí.
Sin embargo, Aloy sigue siendo una maestra con las armas a distancia. Cada enfrentamiento contra un Thunderjaw o un Bellowback es una coreografía cuidadosamente ejecutada, llena de trampas y disparos precisos, un auténtico ballet de metal y chispas. Además, el uso del DualSense añade inmersión, haciendo que cada flechazo y cada paso sigiloso se sienta más real. Eso sí, en algunos momentos, la acción es tan exagerada que no sabemos si estamos cazando máquinas o batiendo frutas con una licuadora industrial.
Overtest
El trabajo de optimización realizado por Nixxes es impecable. En PS5, el juego ofrece tres modos gráficos: Rendimiento (60 fps), que proporciona una fluidez increíble, ideal para los combates; Fidelidad visual (4K a 30 fps), para quienes priorizan los detalles; y un modo intermedio a 40 fps para usuarios con pantallas VRR. Aunque es bienvenida esta flexibilidad, una vez que experimentamos los 60 fps, es difícil volver atrás.
El lore de Horizon Zero Dawn sigue siendo uno de los puntos más destacados. Su mundo combina un pasado tecnológico con elementos casi mágicos, logrando una narrativa que cautiva, especialmente para quienes lo juegan por primera vez. Para los veteranos, sin embargo, este remaster no aporta novedades narrativas, salvo la inclusión del DLC Frozen Wilds, que expande la experiencia en un bioma helado con nuevos desafíos. Una adición bienvenida, pero no una sorpresa.
A nivel visual, Horizon Zero Dawn Remastered brilla, pero no sin matices. Mientras que Aloy y los entornos lucen espectaculares, algunas animaciones de NPCs y modelos secundarios no tienen el mismo nivel de pulido, rompiendo la inmersión ocasionalmente. La atención al detalle parece haberse concentrado en lo más visible, dejando otras áreas en un nivel apenas adecuado. Es como un banquete donde algunos platos llegan fríos a la mesa.
En cuanto a accesibilidad, este remaster toma lecciones de Forbidden West al incluir opciones como ralentizar el tiempo al usar la rueda de armas o mejorar el rastreo de misiones. No obstante, omite características básicas como ajustar el tamaño de la fuente o resaltar texto, algo ya común en títulos actuales.
Conclusión
Entonces, ¿vale la pena Horizon Zero Dawn Remastered? La respuesta depende de tu relación con el título. Si eres un fan incondicional, el upgrade a precio reducido puede tener sentido en PS5, aunque no tanto en PC. Para nuevos jugadores, es la mejor manera de adentrarse en este fascinante universo de máquinas y paisajes deslumbrantes. Sin embargo, si ya jugaste el original y no te obsesionó, es mejor dejarlo pasar.
