Death Stranding 2: On the Beach, el nuevo juego exclusivo de PlayStation 5, es la ambiciosa secuela del aclamado y divisivo juego de Hideo Kojima. Desarrollado por Kojima Productions y distribuido por Sony Interactive Entertainment, este nuevo capítulo lleva la fórmula original a otro nivel: con una narrativa más accesible, una jugabilidad mejorada y un enfoque internacional que transforma el concepto de “reconexión” en una experiencia profundamente emocional y expansiva.
Una historia que conecta pasado y futuro
La aventura comienza con un resumen completo de los eventos del primer juego, permitiendo a jugadores nuevos ponerse al día y a los veteranos refrescar la memoria. Nos recuerda cómo Sam, nuestro personaje jugable, acompañado por su BB Lou, fue clave en la reconstrucción de los Estados Unidos tras el fenómeno catastrófico conocido como Death Stranding.
En esta secuela, la historia avanza once meses después de los sucesos originales. Sam ha desaparecido tras salvar a Lou, pero es convocado nuevamente por Fragile, quien lo recluta para una nueva misión en México. Pronto, la trama lo lleva hasta Australia, donde deberá reconectar una sociedad fragmentada y expandir la Red Quiral en nuevos territorios, enfrentando amenazas tanto sobrenaturales como humanas.
Locaciones globales y paisajes extremos
Una de las mayores novedades de Death Stranding 2 es su enfoque en una aventura global. El juego comienza en México, donde Sam trabaja con la UCA para ampliar la red de conexión al oeste. Luego, la historia se traslada a Australia, un nuevo escenario donde el protagonista deberá recorrer enormes distancias para restaurar la comunicación entre comunidades aisladas.
Los paisajes son tan imponentes como variados: desiertos áridos, montañas nevadas y zonas que recuerdan a la Antártida. Esta diversidad no solo impacta visualmente, sino que también añade profundidad a la jugabilidad, al imponer diferentes desafíos climáticos y de terreno.
Las instalaciones como el “Centro de Distribución Sur C1”, zonas de descanso, rampas y hasta minas de extracción de recursos completan la experiencia, aportando utilidad práctica y narrativa.
Jugabilidad perfeccionada
La jugabilidad conserva su esencia, con Sam como repartidor en un mundo hostil, pero esta vez con mecánicas más fluidas y opciones estratégicas mejor desarrolladas. Los jugadores deben gestionar su carga, planificar rutas, esquivar peligros ambientales y enfrentarse a enemigos usando tanto el combate directo como el sigilo. Las herramientas como cuerdas, escaleras, armas y sensores juegan un rol vital para sobrevivir en cada entrega.
El juego también permite personalizar ropa, mochila y apariencia, haciendo que el viaje se sienta más personal. Nuevas funciones como el anillo de gestión de carga, la visualización de estadísticas, y el trazado de rutas detalladas elevan el nivel de planificación y estrategia.
Gráficos y ambientación de otro planeta
Visualmente, Death Stranding 2 es una obra maestra técnica. Gracias al hardware de la PS5, el nivel de detalle es increíble: desde las texturas de la ropa mojada hasta las huellas en el barro, pasando por expresiones faciales hiperrealistas.
Las tormentas de arena, lluvias intensas, ventiscas, entre otras, no solo se ven reales, sino que afectan activamente la jugabilidad, exigiendo decisiones tácticas en tiempo real.
Los modelos de personajes, especialmente Sam (Norman Reedus), están meticulosamente diseñados. Ojos, cabello, barba y piel tienen un tratamiento gráfico que da vida a cada escena. La música, por su parte, acompaña con una carga emocional que potencia cada momento clave del viaje.
Una experiencia larga, profunda y mejor equilibrada
La campaña principal se extiende por unas 30 a 34 horas, pero puede llevar mucho más tiempo si se completan misiones secundarias o se exploran zonas opcionales. A diferencia del primer juego, que a veces podía resultar críptico, esta entrega ofrece una historia más clara, intensa y emotiva, manteniendo la esencia contemplativa pero con mejor ritmo.
La estructura general es lineal en su desarrollo narrativo, pero con libertad para explorar, desviarse y experimentar con múltiples rutas y decisiones. Además, el juego fluye con gran fluidez en PS5: corre a 4K y 60 fps, ofreciendo un rendimiento impecable incluso en las zonas más exigentes.
Veredicto final
Death Stranding 2: On the Beach es una evolución natural y brillante del primer título. Mejora en todo lo necesario: combate, narrativa, accesibilidad y presentación audiovisual. Al expandir su mundo más allá de Estados Unidos, Kojima no solo amplía su universo, sino que también refuerza su mensaje central: en un mundo roto, reconectar es un acto de resistencia y esperanza.
Puntaje: 10/10 – Más que un juego, es un viaje emocional, visual y filosófico que redefine lo que significa jugar… y conectar.
