
Después de más de una década de silencio, Donkey Kong vuelve con un título que no solo revive su legado, sino que lo empuja con fuerza hacia nuevas alturas. Desarrollado por Nintendo EPD, el equipo detrás de Super Mario Odyssey, Donkey Kong Bananza se convierte rápidamente en uno de los mejores exclusivos de la Nintendo Switch 2.
Desde los primeros minutos, Bananza se siente como un homenaje moderno a clásicos como Donkey Kong 64, Mario 64 y Mario Sunshine, con una jugabilidad 3D vibrante, mundos amplios e interconectados y un diseño que mezcla lo lineal con la exploración libre. Lo que realmente lo distingue, sin embargo, es su sistema de entornos completamente destructibles, que convierte cada nivel en un verdadero sandbox donde romperlo todo no solo es posible, sino necesario para progresar.
Un juego que engancha desde el primer golpe

La historia arranca con Donkey Kong siendo arrastrado al interior de la Tierra tras una tormenta, para embarcarse en una misión junto a una extraña piedra parlante (que luego se revela como Pauline) con el objetivo de recuperar las Gemas de Banandium robadas por VoidCo., una organización simiesca villana.

Las primeras horas son una mezcla brillante entre tutorial y aventura que presentan no solo la jugabilidad base, sino también a la fiel Pauline. Algo bueno: el juego incorpora un modo cooperativo para dos jugadores, en el que el segundo jugador podrá tomar el control de Pauline, quien contará con habilidades especiales como disparar proyectiles vocales y copiar materiales del entorno. Además, si lo preferimos, también será posible manejar a Pauline utilizando el modo ratón del segundo Joy-Con.

Este modo cooperativo puede disfrutarse tanto en pantalla compartida de forma local, como a través de la función GameShare de la consola. GameShare funciona excelente para jugar en modo cooperativo a Donkey Kong Bananza entre una Nintendo Switch 2 y una Switch original al mismo tiempo. Cada jugador controla un personaje distinto utilizando los mandos de su propia consola.

No es necesario tener dos copias del juego, ya que la Switch 2 comparte el título con la otra consola mediante conexión Wi-Fi local. La sincronización es perfecta y no se percibe ningún tipo de lag, ofreciendo una experiencia multijugador fluida y sin interrupciones.

En nuestras más de 10 horas de juego, Bananza logró atraparnos con su estructura: misiones principales lineales dentro de mundos semiabiertos, llenos de secretos, cofres, fósiles ocultos, pepitas de oro y bananas escondidas.

Los niveles están plagados de mini desafíos que permiten recolectar más bananas, las cuales se usan para mejorar los poderes de DK a través de un árbol de habilidades: desde saltos más altos hasta el brutal «Bananza», un superataque que pulveriza todo a su paso. La Bananza se irá actualizando a otros animales a medida que avancemos el juego, para poder teniendo distintos poderes especiales que también los iremos mejorando con la experiencia al recolectar las bananas.

A nivel mecánico, el juego sorprende por su variedad de acciones y lo dinámico de su control. Podemos saltar, golpear en todas las direcciones, trepar, nadar, colgarnos de salientes, e incluso hacer un salto combinado con golpe. Más avanzados en la historia hasta podremos volar y mucho más.

También es posible agarrar objetos para realizar un salto potenciado, usar piedras como patineta para deslizarnos por rampas, o tomar elementos del entorno y lanzarlos apuntando con el botón Z para atacar enemigos o activar mecanismos. La combinación de estas acciones permite resolver acertijos, combatir y explorar con una fluidez que recuerda a otros tantos de los grandes juegos de plataformas 3D.

Exploración con puzles, secretos y transformaciones salvajes

Cada capa del mundo subterráneo tiene su propio bioma (lava, hielo, selva, etc.) y ofrece mecánicas distintas: subir el agua para alcanzar nuevas zonas, recolectar discos para abrir portales, romper barreras, resolver acertijos e incluso intercambiar entre transformaciones, que aportan nuevas formas de movilidad y combate.

Además, la inclusión de niveles 2D tipo Donkey Kong Country Returns, con barriles, vagonetas y secretos, le da variedad y nostalgia al conjunto. Estos niveles son aún más frenéticos y veloces, con la posibilidad de agarrar más bananas. De por cierto, hay un total de 777 gemas de banandio, que son lo que conseguiremos como plátanos dorados

También hay espacio para la personalización, la cual será de mucha ayuda en la aventura. Podemos vestir a DK y Pauline con atuendos desbloqueables, que cada uno nos aportará aumento de poder en las habilidades; y obtener ayudas escaneando Amiibos, incluyendo la edición especial de Bananza. Y si eso no fuera suficiente, el juego suma un modo foto y una función creativa llamada DK Artist, que permite esculpir con los Joy-Con 2.
Apartado técnico: bestial

Gráficamente, Donkey Kong Bananza es espectacular. En modo TV, corre a resolución 4K y 60 FPS, con texturas hiperdetalladas en el pelaje de DK, efectos brillantes de partículas, luces dinámicas y animaciones fluidas.

En modo portátil, sorprende con su rendimiento a 1080p y 120 FPS, casi sin caídas de cuadros salvo en escenas cargadas de explosiones. El rendimiento está increíblemente bien optimizado para ambas modalidades.

Mención aparte para la banda sonora, dirigida por Naoto Kubo, que retoma temas de David Wise y Grant Kirkhope con reversiones gloriosas, incluyendo una divertida remezcla del famoso «DK Rap» de Donkey Kong 64. Además, Pauline vuelve a lucirse como cantante en varias secuencias musicales, integrando la música con el gameplay de forma brillante.
Una joya absoluta para fans nuevos y veteranos

Donkey Kong Bananza es, sin exagerar, uno de los títulos más completos y redondos que nos ha dado Nintendo en años. Su campaña principal dura entre 25 y 30 horas, pero puede extenderse hasta las 40 horas si buscamos descubrir todos los secretos y acceder al final oculto. Su jugabilidad es intuitiva, adictiva y profundamente satisfactoria. Tanto si creciste con DK como si este es tu primer viaje con él, Bananza es una aventura que no podés dejar pasar.

El juego está estructurado en 17 capas, que funcionan como los mundos principales que el jugador recorre a medida que avanza hacia el núcleo del planeta. Entre estas capas se destacan escenarios como la Laguna, las Colinas, el Cañón, la Bifurcación, el Glaciar, el Bosque y El Nexo, entre otros. Algunas capas tienen un solo nivel, mientras que otras ofrecen múltiples desafíos.

Además, el jugador puede utilizar gongs de teletransporte para moverse entre las capas ya descubiertas, facilitando la exploración y el regreso a zonas anteriores. A lo largo de la aventura, se recolectan gemas de banandium, se desbloquean secretos y se exploran entornos únicos que mantienen el ritmo del juego siempre fresco.

¿Nuestro veredicto? Un 10 redondo. Por su jugabilidad, por su ambición, por su amor a la saga y por demostrar que aún queda mucho por romper (literalmente) en el universo de Donkey Kong. Recordá que el juego se puede comprar en formato físico (con el juego completo en el cartucho) o en formato digital desde la Nintendo eShop.