En la actual generación de consolas, estamos siendo testigos de una creciente tendencia: los remakes y remasters están invadiendo la industria a un ritmo inusitado. Con pocas nuevas IP que se atrevan a dar el salto a la PS5, y la llegada de versiones como la PS5 Slim o el anuncio de la PS5 Pro a precios elevados, el panorama para los juegos frescos no parece muy alentador. En este contexto, el turno ahora le toca a Until Dawn, y la pregunta clave es: ¿era realmente necesario rehacerlo?
Un regreso inesperado
Supermassive Games nos entregó hace casi 10 años una joya de terror interactivo con Until Dawn, un título que aún se sostiene visual y jugable en la biblioteca de PSN Extra. El juego original, conocido por su estilo cinematográfico y su enfoque en la narrativa, sigue siendo accesible en consolas de nueva generación y, francamente, sigue luciendo muy bien. Entonces, ¿por qué volver a él? ¿Acaso PlayStation se está preparando para una película o secuela del juego? O tal vez, simplemente aprovecharon la oportunidad de llevarlo a PC con un lavado de cara.
¿Qué mejoras aporta el remake?
La gran promesa de esta versión es la reconstrucción gráfica bajo el Unreal Engine 5. Se han mostrado avances de las mejoras en las capturas de movimiento y algunos ajustes en la jugabilidad, pero los resultados son dispares. La iluminación, por ejemplo, ha recibido un cambio considerable: ahora es más oscura, lo que contribuye a un ambiente más tenso. Sin embargo, hay momentos en que esta nueva atmósfera resta en lugar de sumar, ya que en escenas nocturnas puede ser difícil ver lo que ocurre, algo que no sucedía en el juego original.
En términos de texturas, el cambio es notable. La ropa, la piel y los detalles faciales han sido pulidos, aunque esto ha venido con una cierta pérdida de naturalidad en algunos casos. Los personajes, que antes mostraban pequeños gestos como temblores de frío, ahora parecen más preocupados por los eventos del juego que por las condiciones ambientales.
Nuevas adiciones y cambios discutibles
Además de los cambios visuales, el remake introduce algunas novedades en la jugabilidad. Donde antes solo tomábamos decisiones en escenas cinematográficas, ahora podemos controlar a los personajes en momentos clave. También se ha ajustado la cámara, que adopta una perspectiva más cercana, similar a la vista en juegos como God of War. Este cambio ha generado divisiones entre los jugadores: algunos lo ven como una mejora, mientras que otros prefieren la cámara original.
Se añadieron nuevos coleccionables, ubicaciones y secuencias inéditas, junto con un final alternativo. También se incorporó la compatibilidad con el DualSense, lo que mejora la inmersión, aunque ninguno de estos elementos cambia radicalmente la experiencia.
Uno de los aspectos más polémicos ha sido el cambio en la banda sonora. La canción original de la secuencia de introducción, «Oh Death», ha sido sustituida por una versión más moderna, lo que no ha caído bien entre los fanáticos más acérrimos del juego. Sin embargo, la decisión responde a un intento de actualizar el juego para una nueva audiencia.
¿Vale la pena el remake?
El trabajo realizado en este remake es, en su mayoría, competente, pero está lejos de ser perfecto. Existen problemas técnicos, como la estabilidad del rendimiento, con caídas en los fotogramas por segundo en algunos momentos. Además, la decisión de obligar a los jugadores de PC a crear una cuenta en PSN ha sido otro motivo de queja.
Por su precio de 60 dólares, quienes ya jugaron la versión original tal vez quieran pensarlo dos veces antes de volver a pagar. El remake ofrece mejoras visuales y algunos cambios en la jugabilidad, pero la experiencia principal sigue siendo la misma. Para quienes nunca lo jugaron, este sigue siendo uno de los mejores títulos de terror y vale la pena experimentarlo. Sin embargo, si ya lo tienes en tu biblioteca, quizás sea mejor esperar a una rebaja para no sufrir un golpe innecesario en la billetera.
